Zemos98

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Imagen: logo Zemos98

En 1998, España iba bien. O eso mismo anunciaba sin complejos el entonces presidente del gobierno, José María Aznar, del Partido Popular, la derecha española, con su frase, ya mítica: “España va bien”. Y, en términos económicos, era verdad. El mundo atravesaba una crisis financiera importante pero España crecía más que sus socios europeos, aumentaba la ocupación y reducía el déficit público. El dinero llegaba del plan de privatizaciones que había empezado en 1996 y del incipiente boom inmobiliario, que justo empezada gracias a la Ley del Suelo, aprobada este mismo año y que ampliaba el suelo edificable en el país. Los hechos han demostrado que era pan para hoy y hambre para mañana, pero en la foto de aquel año, el 98, el subtítulo era claro, España iba bien.

En un contexto así, de perspectivas prósperas y optimismo generalizado, nacen cosas. Nacen negocios, por supuesto, y florecen también iniciativas culturales de todo tipo. Hasta incluso pueden nacer manifestaciones culturales que sean analíticas y críticas con la realidad y que reciban apoyo público para ello. Este es el caso de Zemos98, un colectivo de gestores culturales que nace en Sevilla, este mismo año. Zemos98 cree en la cultura como elemento para la transformación social y no como mero entretenimiento y quiere divulgar la idea sencilla de “aprender con gente que hace cosas interesantes”. El año siguiente inauguran un festival que lleva el mismo nombre y que durante 17 ediciones (1998 – 2015) programa todo tipo de actividades relacionadas con la educación, la experimentación, la alfabetización digital y la cultura audiovisual. Lo definen así: “Toda persona que haya podido asistir a alguno de los festivales Zemos98 habrá podido comprobar que son unos días irrepetibles. Conoces gente, vuelves a ver a amigos, aprendes infinidad de cosas, descubres propuestas artísticas experimentales, piensas en común, compartes experiencias… Y cuando se acaba siempre te vuelves a casa con la sensación de cerrar un capítulo de tu vida, muy intenso, como si fuera un mundo entero”.

El festival Zemos98 pasó por el auge y el declive de la economía española y, por desgracia, no pudo organizar un 18a edición. El colectivo ha visto decrecer su presupuesto hasta un 85% y su manifiesto de despedida atribuye el fin del festival al ninguneo institucional y precarización de las prácticas culturales, a la falta de compromiso plurianual y a la torpeza y negligencias políticas: “Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso. La falta de respeto y el ninguneo constante hacia nuestro trabajo no parecen tener límites para unas instituciones que son conscientes de nuestra debilidad. Conscientes de que si nos mantienen en nuestra penosa precariedad, no nos quejaremos. “Esto es lo que hay”. “Este es el peor año”. “Lo importante es aguantar”.” No hay más festival, pero seguimos actuando”. Están desencantados, han acabado el festival pero el colectivo continúa.

http://www.zemos98.org/